A menudo, cuando las encías sangran se considera un síntoma de gingivitis. Esta aparece en la fase inicial de la enfermedad periodontal originada por acumulación de placa bacteriana. Acudir al odontólogo es fundamental para su tratamiento, además de mejorar la higiene bucal. En la Clínica Dental Marien Morata Roig, en Valencia, la prevención es importante, por ello son proactivos en la preservación de la salud bucal de sus pacientes.
Son varios los factores que pueden desencadenar el sangrado de las encías. La causa más común es el sarro y la placa bacteriana. La placa al no ser eliminada mediante un correcto cepillado y el uso del hilo dental se endurece. Al endurecerse se convierte en sarro lo que hace que las encías se irriten y se inflamen (gingivitis).
Otras causas comunes
Cepillarse inadecuadamente. Una técnica de cepillado incorrecta puede hacer que sangren las encías. Aplicar mucha fuerza o emplear un cepillo dental con cerdas demasiado duras podría dañar el tejido y causar sangrado.
Cambios hormonales. Un desbalance hormonal propio de la pubertad, el embarazo o la menopausia debilita las encías. Esa sensibilidad hará que sea más propenso un sangrado, pues se eleva el flujo sanguíneo.
Acción de algunos medicamentos. Ciertos fármacos incluyen en sus efectos secundarios un aumento en el sangrado de las encías. Cuando se visite al odontólogo se debe informar sobre la medicación que se esté tomando.

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Malos hábitos y enfermedades
Déficit nutricional. La alimentación influye en la salud en general. Si el organismo tiene una carencia de vitaminas, particularmente las vitaminas K y C, esto podría provocar que sangren las encías.
Presencia de enfermedades sistémicas. Ciertas patologías como la artritis, la diabetes o trastornos sanguíneos incrementan el riesgo de presentar problemas en las encías.
Fumar cigarrillos. El consumo de tabaco ocasiona que se debiliten las defensas bucales naturales. Esto podría ocasionar enfermedades periodontales.
Soluciones y tratamientos
Pedir una cita con un especialista es vital para solucionar el problema. Abordar la causa subyacente es la acción principal. Sin embargo, es recomendable tomar medidas preventivas para mejorar la situación y evitar que el mal se agrave.
Una mejora de la higiene bucal es el paso más importante. Para ello se recomienda cepillarse al menos dos veces al día, usar una técnica correcta y emplear el hilo dental a diario para eliminar la placa bacteriana.
Acudir regularmente al dentista para una limpieza profesional. Cuando el sarro aparece solo lo puede eliminar el odontólogo o higienista dental. Las revisiones periódicas son esenciales para detectar y tratar problemas a tiempo, previniendo que la gingivitis progrese a periodontitis (una infección grave que puede llevar a la pérdida de dientes).
