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La lengua es un órgano multifuncional que utilizamos diariamente para hablar, saborear, respirar y deglutir, pero sus roles van mucho más allá de lo que comúnmente conocemos. ¿Qué deberíamos saber sobre su importancia en nuestra salud general y bucal?

La lengua como mapa del cuerpo

La lengua no solo participa en funciones básicas, sino que también refleja el estado de nuestro organismo. Al observarla, podemos detectar desequilibrios en otras áreas del cuerpo:

  • Una lengua sucia y blanquecina puede indicar sobrecarga en el estómago e intestinos.
  • Una lengua lenta o torpe puede ser señal de trastornos neurológicos o falta de oxigenación en el cuerpo.
  • Su tono muscular es un indicador del nivel de oxigenación en todo el organismo.

Equilibrio muscular y salud general

La lengua, situada en la línea media del cuerpo, coordina y regula la función de los demás músculos. Un equilibrio adecuado entre contracción y relajación de los músculos linguales es clave para mantener una función saludable. Además, su conexión embriológica con los pulmones significa que sus movimientos también estimulan la función pulmonar.

La lengua y la ortopedia maxilar

La lengua desempeña un papel crucial en el desarrollo de los huesos maxilares. Cuando se apoya correctamente detrás de los incisivos superiores, ejerce una presión que favorece el crecimiento transversal del maxilar. Por otro lado, paladares estrechos o en forma de ojiva son el resultado de disfunciones linguales.

Un enfoque multidisciplinario entre el odontólogo, logopeda y osteópata es esencial para corregir estas disfunciones. El logopeda trabaja en la función lingual, el osteópata aborda la postura de la cabeza y el odontólogo corrige problemas de oclusión.

Disfunciones linguales: ¿cómo afectan nuestras funciones básicas?

Fonación

La posición de la lengua afecta directamente a la emisión de sonidos. Problemas en la pronunciación de consonantes como «r», «l», «s» y «z» pueden deberse a una interposición de los bordes linguales entre los molares o a un frenillo lingual corto, que limita el movimiento de la lengua. En estos casos, la combinación de ejercicios logopédicos y, si es necesario, una pequeña cirugía del frenillo, puede ser la solución.

Deglución

La deglución atípica ocurre cuando la lengua realiza movimientos compensatorios incorrectos al tragar. Este problema puede estar asociado con bajo rendimiento escolar, ya que suele implicar una respiración, masticación y deglución inadecuadas. El tratamiento incluye ejercicios miofuncionales diseñados para restaurar el equilibrio muscular y corregir estos hábitos.

Respiración oral

La respiración oral, caracterizada por una posición baja y adelantada de la lengua, puede alterar la forma del cráneo y del maxilar. Una lengua en posición incorrecta interfiere con la expansión lateral y anterior del maxilar, lo que subraya la importancia de reeducar su posición dentro de la boca.

Conclusión

La lengua es mucho más que un músculo; es un reflejo de nuestra salud general y desempeña un papel fundamental en el desarrollo bucodental. Si presentas problemas relacionados con la función lingual, consulta con un equipo multidisciplinario para encontrar la solución adecuada. Un correcto funcionamiento de este órgano no solo mejora la salud oral, sino también el bienestar general.

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